martes, 12 de febrero de 2013

Caracol saca los cuernos al sol...

Uno de los bichos que más gusta a Nene (aunque le gusta cualquier cosa que se mueva, aunque sea por el viento) son los caracoles.

Hemos salido de caza alguna vez cuando se ha hecho de noche. Si ha llovido y estamos en el campo, cogemos una linterna, vamos a la carretera... y ¡a pillar caracoles!

Hay que ver lo que está lloviendo... y ¡soy el único caracol al que no le gusta la lluvia!
Imagen extraida de I fucking love science.

A Nene le chiflan y sabe ya un montón de cosas sobre ellos... a saber:
  • Salen después de llover, si no hay viento ni frío.
  • Tienen cuatro cuernos.
  • Llevan la casa a cuestas.
  • La parte sobre la que se arrastran se llama pie.
  • Dejan babas y con ellas hacen caminos serpenteantes.
  • Ponen huevos de los que salen caracoles chiquitinos.
  • Se comen (con all-i-oli o salsa de carne están la mar de buenos).
  • Si los asustas se esconden en su casa.
  • Comen hierbas.
  • En invierno se entierran y duermen hasta que llega el buen tiempo.
Hemos tenido un montón de veces caracoles en casa, bien porque los hemos recolectado para comer, bien porque los hemos cogido para aprender (después de aprender se sueltan en el campo de nuevo).

Aquí el pobre caracol, objeto de estudio, muy estresado.

Lo cierto es que son bichos simpáticos (me horrorizan la mayoría de bichos que trae a casa para luego soltar... uf!). Si los tratas bien, se asoman bastante. Y si no quieren salir, con echarles unas gotas de agua sobre la concha basta para que asomen.

Aquí, el pobre bicho ya más tranquilo.

Ahora estamos aprendiendo que hay distintos tipos de caracoles... incluso ¡hay caracoles que viven en el mar!

Si aprendemos más cosas, prometemos ponerlas en el Diario.

Saludos excursionistas.

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